El sábado 31 de agosto en Irun se conmemoró el Bicentenario de la II Batalla de San Marcial. Un recorrido por la historia de aquella batalla, una fántástica recreación histórica y la colocación de una placa en memoria de los caídos, fueron algunos de los actos que tuvieron lugar. os dejo las palabras que pronuncie en la ermita de San Marcial y algunas imágenes de una jornada inolvidable.

 

Egun on, buenos días,

 Gaur historia egingo dugu. Pribilegio handia da hemen egotea 1813an izandako gertaera historikoak gogoratzeko eta gertakizun haien lekukoa irundar guztiontzat hain maitea eta enblematikoa den leku honetan uzteko. Jakin behar dugulako gaur iraganean izan ginenaren zati bat garela. 

 Hiri batek askotan jotzen du historiara bere eraldaketa, bilakaera eta ingurunearekiko egokitzapena  azaltzeko; azken batean, herri gisa duen nortasuna eta bertako jendearen izaera azaltzeko.

 Denok dakigu iraganak arrastoa uzten duela hiri ororen orainean, eta egia da gure historiaren hondarrak erraz aurki daitezkeela irundarrontzat oso ezagunak diren bazter askotan. Gure ADNa osatzen duten ezaugarriak dira, gure elkarrizketetan begirunez eta mirespenez  gure iragana harro-harro kontatzeko gogoratzen ditugunak.

Hoy hacemos historia. Es un privilegio estar aquí para rememorar los hechos históricos ocurridos en 1813 y dejar testigo de ellos en este lugar tan querido y emblemático para nosotros los iruneses. Porque tenemos que saber que hoy somos parte de lo que fuimos.

 Son muchas las ocasiones en las que una ciudad recurre a la historia para explicar su transformación, evolución y adaptación al mundo que nos rodea; en definitiva, para explicar su identidad como pueblo y el carácter de sus gentes.

 A nadie escapa que el pasado deja huella en el presente de una ciudad, y lo cierto es que los restos de nuestra historia se pueden encontrar fácilmente en muchos rincones que para los iruneses resultan muy familiares. Son aquellos emblemas que forman parte de nuestro ADN, que con respeto y admiración recordamos en nuestras conversaciones para contar con orgullo nuestro pasado.

 Hoy en día podemos contar la historia de Irun con su escudo, donde están sellados los títulos entregados a este pueblo. Podemos hacerlo a través de algunos de sus edificios que explican las huellas que dejaron los acontecimientos de los que Irun fue escenario.

 Y desde luego tenemos el relato y los documentos de los hechos históricos que fueron dibujandoel Irun actual, forjaron nuestro carácter y nos dotaron de una forma de ser que se refleja enel Irun dehoy: cosmopolita, acogedor y orgulloso de si mismo. Una ciudad moderna, acostumbrada a las dificultades, que pelea incansable por mejorar su futuro y que siempre tiene presente el pasado.

 Hace doscientos años, esta Peña Aldabe, esta nuestra querida campa de San Marcial, fue el escenario de una batalla entre las fuerzas aliadas de España, Inglaterra y Portugal; y el ejército francés. Cada bando defendió con honor, valentía y entrega sus intereses, buscaron avanzar palmo a palmo por estas tierras y en muchos casos sacrificaron la vida en el intento. El pueblo de Irun quedó exhausto tras la batalla, y tardó un año, no ya sólo en recuperar el pulso, sino en darse cuenta del significado que había adquirido aquella batalla. Hoy 31 de agosto, después de los escuchado y lo vivido, casi podemos cerrar los ojos y viajar a aquel 1813 y dejarnos llevar por el sentir que provocaron aquellos acontecimientos.

 Evoco brevemente los hechos que aquí tuvieron lugar con el objetivo de recordar y honrar a todas las víctimas que se dejaron la vida en este monte. “Combatieron en defensa de su patria y cumpliendo con su deber en la memorable y gloriosa batalla de San Marcial”, como decía la inscripción que se colocó en 1913 en el primer centenario de la batalla.

Pero me gustaría deciros también que: “Los hechos memorables de las guerras de 1813 conciernen a la historia, si conviene evocarlos aquí, es a fin de hacer resaltar mejor los beneficios de la paz y de las relaciones intelectuales, morales y económicas que tiende a extender entre los pueblos”  estas palabras tan actuales y justas, se pronunciaron este mismo lugar hace ahora 100 años y me gusta recordarlas porque gozan un siglo después de la misma veracidad

 Hay heridas que tardan en cicatrizar. Sin embargo, quienes estuvieron hace 100 años en este mismo lugar buscaron la manera de cerrarlas lo antes posible. El contexto internacional invitaba a darse la mano a ambos lados de la frontera y convertir lo que cien años antes había sido una dura y cruenta batalla, en un solemne recuerdo unánime a todas las víctimas y, entre todos, trabajar para que hechos como aquellos no volvieran a suceder.

 Hoy, año 2013 me gustaría llamar a la primera fila a aquel espíritu, avanzando así por el camino del entendimiento y la colaboración mutua. Porque sin duda nos unen más cosas de las que nos separan, y actos como estos deben reivindicar aquello por lo que hoy en día debemos luchar, lejos de un campo de batalla y provistos de la palabra y el diálogo como únicas armas posibles. En Irun desde diferentes ámbitos y por diferentes acontecimientos, hemos sabido convertir las diferencias en virtudes. La frontera que nos separaba es hoy una puerta abierta a Europa y nuestra posición fronteriza una manera de aumentar nuestra diversidad.

 Como alcalde del Excelentísimo Ayuntamiento de Irun me ha correspondido el honor de descubrir esta placa en este día tan señalado, y en nombre de esta ciudad quiero aprovechar la ocasión para sumarme al reconocimiento de todas aquellas personas que lucharon en esta guerra, como hicieran de alguna manera las autoridades que me precedieron hace cien años. Es un día también de recuerdo y duelo por lo que quiero también dejar constancia de mi pesar y compartir la desolación de todas las familias que perdieron a un ser querido en este monte.

 En su honor y recuerdo, me gustaría en estos momentos agradecer profundamente la asistencia de multitud de autoridades, colectivos, entidades, y ciudadanos que nos acompañan en la mañana de hoy para celebrar este bicentenario tan especial para el pueblo de Irun.

 Gracias también a todos aquellos que están haciendo posible el desarrollo de los actos previstos, toda esta organización, voluntarios… Me consta que el programa se ha trabajado con gran dedicación, guiado todo por una ilusión y pasión desmedida para hacer de esta jornada un día que todos nosotros recordaremos sin ningún género de dudas.

 Quisiera terminar recordando que con la celebración del Bicentenario de esta segunda Batalla de San Marcial, celebramosla PAZ. Nohay mejor maestro en la vida que la historia, de la que debemos atentamente aprender para no repetir los errores de antaño. Hoy el que fuera campo de batalla, es el respetuoso escenario de la unión y el tiempo de paz que vivimos, se convierte en el mejor aliado para seguir mejorando como sociedad y como ciudad.

 Muchas gracias!