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Adios a Lucio León, Presidente de Honor de la Agrupación Socialista de Irun-Hondarribia “Florencio Iracheta”
El pasado 1 de julio, cuando la mayoría de los iruneses disfrutábamos de los ecos del día 30, Lucio León, un irunés nacido en tierras salmantinas, hace 85 años, nos dejó. Pasó los últimos meses de su vida en la residencia Ama Xantalen, rodeado de amigos y sobre todo, apoyado y acompañado por su familia. Una familia que ha heredado de Lucio la tranquilidad de quién ha vivido siempre de su trabajo; gente con una fortaleza especial, que les ayuda a afrontar con entereza los momentos más difíciles. Gente tan parecida y tan diferente a tantas miles de personas y familias de nuestra ciudad.
Y es que Lucio tenía en su edad, escrita la historia de muchos miles de iruneses que llegaron aquí hace décadas y que con su trabajo y su cariño por su nuevo hogar, han contribuido a hacer de Irun una gran ciudad. Yo guardo, también, mis recuerdos personales, ligados a un hombre maduro, de mirada limpia, panadero de profesión, que guió mis primeros pasos políticos cuando yo tenía 16 años, en un momento histórico importante en el que habían pasado unos pocos días del intento de golpe de estado de 1981. Aquel Lucio, era un hombre recto, de ideas muy claras y con una trayectoria política de lucha contra la dictadura y por la libertad de los ciudadanos. Una personalidad que me atrapó y un hombre bueno que me enseñó grandes cosas sobre el compromiso y los ideales.
Pero Lucio era, además, un sentimental, un hombre de sensible. Se emocionaba con facilidad y necesitaba a menudo plasmar sobre el papel sus vivencias y pensamientos. Escribía poesía y era como esos poetas comprometidos, sencillos, esos que buscan por encima de todo a la persona y que saben transmitirlo todo con unas palabras, con una mirada, con un gesto.
“Que mi fe te levante, sima a sima
he salido a la luz de la esperanza.
Hombro a hombro, hasta ver un pueblo en pie
de paz, izando un alba. (Blas de Otero)
El pasado día 1 de julio, cuando la mayoría de iruneses disfrutábamos de los ecos de un feliz día 30 nos dejó, pero se quedó para siempre con nosotros. Gracias Lucio por tu amistad, por tu compromiso, por tu ejemplo.
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