En la reciente estancia en Aarhus (Dinamarca), además de poder conocer la forma de organizar y sacar partido a nuestras industrias creativas y dar valor al emprendizaje, tuvimos la oportunidad de conocer los hábitos y costumbres de vida y también de movilidad de los daneses.
Aarhus es un municipio de más de 300.000 habitantes, la segunda ciudad danesa en importancia, con uno de los puertos más importantes del norte de Europa y un área de influencia metropolitana de 1.200.000 personas. Y lo primero que llama la atención es el gran número de bicicletas que hay en la ciudad y la falta de carriles específicos para ellas.
La gente se mueve en bicicleta y lo hace conviviendo con el resto de vehículos e incluso peatones. En las avenidas más amplias la bici es un vehículo más que circula por la calzada y en las calles peatonales las bicis consiguen pasar entre los peatones sin demasiadas dificultades. En fin, respeto y convivencia como máximas de la movilidad.
Me llamaron también la atención los aparcamientos para bicis situados en plena calle sin que parece que molesten a nadie y por cierto, ¡con las bicicletas sin candar!
No digo que tengamos que trasladar el modelo tal cual a nuestras ciudades, creo que tenemos otra mentalidad y otra forma de entender las cosas, pero si que creo que deberíamos pararnos a pensar porqué necesitamos aquí mayores y mejores estructuras y urbanismos dedicados a las dos ruedas, cuando allí el uso de la bicicleta es mayor y los problemas de convivencia mucho menores…
Os dejo una colección de fotos.
Eso que comentas se observa en todos los países del norte de Europa, o al menos en los que yo he visto (Holanda, Belgica, Luxemburgo en menor medida, Dinamarca y Suecia), y también en Japón, pero respecto a eso, existen connotaciones:
-La primera es que son países más llanos, y no tienen montañas haciendo de barrera justo frente al mar. Es decir, llueve, pero en menor medida.
-La segunda es que para ir al centro de la ciudad no tienen que subir el Alto de Arreche, las calles fuenterrabía-Serapio-Juan Arana-Aduana, las Avenida Iparralde y Navarra o la cuesta de San Marcial y prudencia Arbide, por no contar con que Letxumborro y Anaka también cuestan, así como Iparraguirre, Pintor berroeta-Teodoro Murua-Cesar Figuerido, Lapice-Freyre-E.Pedros-Euskal Herria-Aduana y otras tantas más, que también están en cuesta pero no van al centro.
La bicicleta es una gran opción en esas ciudades porque están bien distribuídas, tienen comercio en toda la ciudad (aquí sólo tenemos centro-Mendibil-Pio XII y Alcampo-txingudi) y para acceder a él, todo es llano. Aquí, una señora de 50 años no va a coger la bici porque sencillamente no puede subir esas cuestas.
El tema de la convivencia me parece crucial (lo comparto contigo), y algo que no soporté ver en Irún tras mi vuelta precisamente de Suecia: ¿Por qué la carretera ahora es un carril Bici? Si el uso de la bici en Irún es ínfimo, los pocos que la usan pueden hacerlo perfectamente por las anchas aceras del centro o por la carretera en calles menos transitadas. El uso del coche y moto es más de 20 veces mayor al uso bicis, y sobre todo en días de lluvia. La convivencia debería ser clave (y habría ahorrado dinero a las arcas).
Encantado de dar opinión.
Un último apunte. Las bicis están candadas, pero no a mobiliario rígido de la ciudad, sino que llevan un pequeño candado en la rueda trasera, cerca del freno. Se puede observar también en las fotos que has puesto…