Andalucia ha confiado de nuevo en los socialistas. Los andaluces han elegido, además, por primera vez, a una mujer para que presida su Comunidad. Susana Diaz nos contagio el domingo a todos su sonrisa y su optimismo cuando salió a valorar los resultados.
No era para menos. En estos tiempos convulsos en los que todo se pone en duda, su proyecto para Andalucia, claro, transparente y con unas bases solidas y palpables había obtenido el apoyo mayoritario de los andaluces. Todo en un panorama políticamente revuelto en el que hay veces en los que da la impresión de que cualquier cosa vale para «cambiar»
Pero ¿cambiar hacia dónde?
Porque estoy de acuerdo en que la honestidad es la única forma de hacer política, de forma transparente y responsable. Pero hay, además que saber hacia dónde se quiere ir, tener un proyecto plasmado y avalado por unas ideas firmes que estemos dispuestos a defender y perseguir. Lo he dicho muchas veces, «las palabras están bien, pero necesitamos que las cosas se sigan haciendo»
No son tiempos para experimentos, son tiempos para exigir trabajo honrado a los que nos dedicamos con pasión y esfuerzo a gestionar ciudades o instituciones.
No todo vale, y menos en la política.
Es necesario pelear todos los días para que se demuestre que en la política las paredes de todas las instituciones son transparentes y castigar severamente a aquellos que se aprovechan de ella para lucrarse. Y desde luego, tampoco es la política el campo para que los iluminados que dicen cosas que agradan los oídos de los cabreados tomen las instituciones para convertirlas en un lugar de experimentos raros.
Lo que está muy claro es que no se puede votar cualquier cosa. los andaluces ya se han dado cuenta. esto de que unos señores hagan un experimento universitario y terminen queriendo dirigir el país…Me recuerda a cuando Chiquilicuatre termino representándonos en Eurovisión. Desde luego no será con mi voto
Un nuevo Gobierno con mayor estabilidad para poder impulsar y servir de avanzadilla a políticas progresistas y sociales que ahora son más necesarias que nunca. Es una gran oportunidad para demostrar lo que somos de verdad y el sentido de nuestra existencia como partido de izquierda reformista ya que para hacer «revoluciones» dentro de Europa ya están otros
Se puede entender el enfado pero no se debería votar a cualquier grupo que prometa el oro y el moro. Uno sabe que todo no es realizable. Y como ciudadanos, debemos ser responsables: el futuro de nuestra ciudad está en juego. Tenemos ejemplos cercanos de cómo puede cambiar una ciudad a peor en función de quien la gobierne.