El sábado a primera hora de la mañana me avisaron enTurquía, dónde me encontraba defendiendo la candidatura de Oiasso a Mejor Museo Europeo del Año, del desgraciado suceso ocurrido de madrugada en la ciudad. Una mujer, Yasmin Rodriguez, era asesinada a manos de su ex-pareja. Había además un herido, un vecino de Ventas que pasaba por allí e intentó auxiliarla.
Lo cierto es que las palabras se agotan para calificar este tipo de actos. Hemos condenado en demasiadas ocasiones este tipo de asesinatos pero no por eso debemos dejar de hacerlo. Tenemos que esforzarnos, por supuesto, para acabar con este lacra y hacerlo con la contundencia de la Ley y las actuaciones policiales.
Es momento también de acompañar a la familia de Yasmin, a su hija, a su madre, a todos los que la han perdido.
Quiero también mostrar mi orgullo como alcalde de Irun de la actitud de un vecino de la ciudad que se arriesgo y se enfrentó al agresor e intentó salvar a Yasmin.
Y quiero pedir a todos solidaridad y respeto con las familias afectadas. Ojalá Yasmin sea la última victima
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