Ayer celebramos una nueva sesión de EL ALCALDE EN LOS BARRIOS. Visitamos el barrio de Arbes. Fue una reunión larga e intensa. De las más largas y las más intensas que hemos hecho en la quincena de visitas que ya hemos completado.

 Reconozco que no es fácil estar a lo largo de casi tres horas escuchando uno a uno problemas y peticiones de los vecinos. Pero estoy convencido de que esta es  la forma de hacer las cosas. Que en estas reuniones y encuentros como el de ayer, que terminan a las 22:30 de la noche, es en los que se palpa la verdadera participación.

 En Irun hemos hecho consultas muy diversas, hemos sometido a votación proyectos y carteles festivos, hacemos permanentemente sesiones abiertas sobre obras y presupuestos, pero dónde de verdad te encuentras con los ciudadanos de a pie, los que te trasladan sus problemas del día a día, es en estos encuentros vecinales. Porque hay que reconocerlo, no podemos llegar a todos y quién mejor queel vecinode una calle concreta para contarte que sus árboles no se podan o su alcantarilla no se limpia.

 Pero de estos encuentros, además de arreglos puntuales están saliendo, proyectos más importantes, instalaciones deportivas, ajustes en aceras para permitir mejores recorridos en buses escolares, cambios de sentidos en algunas calles o reurbanizaciones pendientes que nos han impulsado a acometer los vecinos con su unánime opinión sobre la necesidad de llevarlas a cabo

La participación se hace como todo, con hechos y no palabras. Los discursos están bien y las voluntades también pero el movimiento se demuestra andando…

En lo que va de semana he estado con los clubes deportivos iruneses y con 100 de chavales y sus padres en la Gala del deporte, he explicado a los vecinos de Urdanibia paso a paso la ejecución de la obra que comenzará el 7 de enero y recogí ayer las quejas de medio centenar de vecinos de Arbes en su asociación. Todo fuera de nuestra querida casa de piedra que es el Ayuntamiento.