Estamos viviendo estos días las jornadas finales de una obra que nos ha cambiado por completo el corazón de la ciudad, la plaza de San Juan. Tras dos años de obras, la primavera llega a nuestra plaza con las flores de los árboles que por primera vez tenemos junto al ayuntamiento y que son reflejo de un nuevo espacio amable y hermoso del que, estoy seguro, vamos a disfrutar todos.
Es el presente que elegimos para nuestro centro ciudad muchos iruneses y que hoy ha pasado de proyecto a realidad.
Pero casi en paralelo vamos a entrar en una nueva fase de obra en la que veremos dejar la plaza a La Bixera.
Tenemos que reconocer que no es, probablemente, un edificio bonito, ni siquiera tiene un gran valor arquitectónico e incluso mirando la historia es testigo de la posguerra más dura, recuerdo urbano de los difíciles momentos que esta ciudad tuvo que vivir tras el incendio del 36. Sin embargo “La Tejavana”, como la llaman muchos, ha formado parte de nuestro día a día, y a pesar de los problemas de seguridad que ahora misma entraña y de la necesidad de pensar en una urbanización armoniosa para todo el espacio, soy consciente del valor sentimental de este edifico para muchos iruneses.
Por eso y mirando al futuro con nuestro pasado presente, hemos decidido guardar desde el ayuntamiento un fragmento de La Bixera que junto al dossier histórico y fotográfico de la misma, guardaremos para la posteridad.
Se gana espacio peatonal en San Juan, se derriba un edificio ya muy viejo de la ciudad, pero se conserva en el recuerdo y en ese lugar se plantan árboles y jardines, además se construye una biblioteca. Las ciudades avanzan para hacerlas más «humanas» proyectándose hacia los ciudadanos.
En directo estoy viviendo el derribo de la entrañable Bixera (o Visera). Llevo toda una vida viviendo en el entorno de San Juan y quiero decir que pese al cariño que tengo a este edificio (más nostalgia que otra cosa); nunca he visto una plaza tan agradable para el paseo y el ocio como la que está quedando ahora.
Por fin se atisba lo que en un futuro inmediato será la nueva plaza de San Juan, un espacio en el centro de la ciudad que nos merecíamos los iruneses. Es ilusionante que la ciudad incorpore un entorno tan importane no solo para nosotros si no para los visitantes. La verdad es que yo no tengo nostalgia de la visera, mas bien me parecía un edificio horrendo. Enhorabuena.
Entre Luis Mariano, el Ensanche y ahora San Juan, el centro quedará magnífico. Tenemos que crear un espacio amplio para las personas, donde nos podamos mover con comodidad. Mirando al futuro, propongo peatonalizar la calle Berrotaran y empalmar los espacios de Luis Mariano con San Juan.
Aunque formaba parte del paisaje de Irún, no era un edificio bonito.
Estoy a favor de conservar los edificios antiguos (que son tan escasos en Irún) pero con un valor arquitectural que la «visara» no tenía.
Estoy totalmente a favor de mejorar el aspecto de una plaza donde sólo se veían coches aparcados y una visera gris y anticuada.
Me gusta como está quedando al nueva plaza San Juan. Estos días pasados vimos todos como se derribaba un símbolo de la posguerra como la Visera. Sin embargo el espacio que deja espero se aproveche bien para crear zonas verdes y peatonales que tanto necesita esta ciudad. ¿Se podría colocar acaso un trozo de La Visera en esa futura plaza como recuerdo de lo que hubo entonces? Son solo ideas.