Creo que la política debe servir para que pasen cosas buenas.

Estamos para mejorar la vida y las oportunidades de nuestras/os ciudadanos/as y nuestro escenario de trabajo diario son los pueblos y ciudades. Irun en mi caso.

El tiempo, y mi experiencia personal, me han demostrado que hay proyectos que definen y marcan el camino hacia el futuro de una ciudad. Que hay cosas que primero se deben soñar pero que pueden convertirse en realidades que impulsen la economía, el empleo y el atractivo de una ciudad. Para que eso sea así se necesita tesón, capacidad de gestión y acuerdo entre diferentes para llevarlos adelante

Esto no lo imagino. Lo sé porque hace dos décadas soñamos con Ficoba, creímos en ese proyecto y lo impulsamos hasta convertirlo en una realidad de éxito que nadie discute hoy. Se invirtieron 23 millones de euros, de los de entonces, y anualmente el impacto en nuestra economía local es muy superior a esa cifra. Y sin mencionar los casi dos centenares de empleos que sostiene cada año.

Hoy es el tiempo de pensar en una instalación que cumpla un doble objetivo: reforzar al CD Bidasoa como referente vasco del balonmano y convertirlo en un club fuerte que compita cada temporada en el más alto nivel europeo y al mismo tiempo ofrecer al Bidasoa, a Gipuzkoa y al corredor Bayona-San Sebastián un pabellón para grandes eventos culturales y de ocio. Me explico.

Europa le exige al CD Bidasoa en un futuro inmediato un aforo muy superior al que tiene Artaleku. Necesitamos al menos 4000 plazas sentadas para la Champions y eso además nos permitirá tener un club con una masa social muy superior a los 1500 socios que hoy soportan al club. Esa masa social puede, y debe, proceder de Irun, por supuesto, pero también de los municipios de nuestro entorno, a uno y otro lado del Bidasoa y también de aguas arriba de nuestro río.

Esa instalación cambiará el concepto de club y de los día de partido. Los convertirá en grandes eventos y proyectará nuestra imagen, y la del deporte, entre los más jóvenes y mucho más allá de nuestra comarca. Además, otros deportes y otros clubs podrán también disfrutar de una instalación única.

El Bidasoa necesita la instalación, pero una vez pensada es imprescindible darle otras funciones que den respuesta a intereses y necesidades más allá del balonmano y más allá de Irun. Sería imperdonable no hacerlo. Gipuzkoa necesita un espacio para conciertos de gran formato, y espectáculos de gran aforo en la cultura y el ocio.

Y en Irun tenemos el espacio para hacerlo realidad. Con el topo y la estación de Hendaya muy próximas y la nueva estación de Irun a punto de iniciar su construcción. A la misma distancia de Bayona y Donostia-San Sebastián y con la fortuna de contar con un equipo de profesionales experimentado en Ficoba que ven esta oportunidad como un complemento adecuado de la actividad ferial.

Tenemos la imagen del pabellón, pero tenemos mucho más: tenemos un estudio previo con análisis de la ubicación, planos, contraste de necesidades, cronograma y presupuesto. No son sólo imágenes. Es la hoja de ruta elaborada por una ingeniería como punto de partida solido para echar a andar. Y es lo que vamos a hacer

Diría que 20 años después de la aventura de Ficoba la historia nos da otra oportunidad para ser más grandes y mejores.

Para que sigan pasando cosas buenas en Irun.

Si somos valientes y estamos unidos, ¿Quién lo puede impedir?