Todos los que vivimos en Irun sabemos de lo que hablo. Nuestra ciudad tiene un problema en los accesos  al centro urbano. A pesar de ser la segunda ciudad de Gipuzkoa, a pesar de nuestra ubicación geográfica, y del tráfico intenso de paso que soportamos en nuestras carreteras, la Diputación ha dejado sin desdoblar el tramo de la GI-636, antigua N-1, a su paso por nuestra comarca. Hace unos años estuvimos cerca de lograr el compromiso de este desdoblamiento, pero la crisis y la falta de fondos hizo que la actual Diputación de Bildu no se comprometiera a seguir con el proyecto.

Sin embargo, en un ejercicio de responsabilidad, buscamos alternativas que ayudaran a mejorar la actual situación y resolvieran en parte la problemática. Una de esas propuestas pasaba por la Ronda Sur. La diputación se comprometió a hacer un proyecto que hoy sabemos que costo tiene, razonable por cierto,  pero que ahora dicen no poder (o no querer) acometer.

Irun la necesita, y por eso tuve como alcalde la iniciativa de presentar una declaración institucional que al no encontrar la unanimidad del apoyo en los grupos se presentó al pleno y fue respaldada con una amplia mayoría. Con esta moción y con una importante representación de los grupos, a la que solo faltó Bildu, nos fuimos a Juntas Generales para buscar el apoyo de los grupos a esta carretera. Una carretera necesaria para Irun y los iruneses. Es una carretera de la ciudad, alternativa al no desdoblamiento de la GI 636 que tiene como único tramo pendiente en el territorio este desdoblamiento. Queremos que llegue ya el tiempo de Irun en las carreteras y que se salde esa deuda que los iruneses sufrimos desde hace décadas.

Cada uno encontrará sus razones o sus excusas. Pero lo que está claro es que Irun tiene pendiente que los responsables de carreteras del territorio se tomen de una vez por todas en serio la deuda con la ciudad y confío en que sea ya el momento de los iruneses y de su Ronda Sur.