En la Agrupación Socialista de Irun, y con un amplísimo consenso, hemos dado el visto bueno a una enmienda con la que queremos contribuir a la necesidad del PSE, de adaptarnos al nuevo escenario político y social de Euskadi.
Os dejo el texto integro de la enmienda que debatiremos en el Congreso de Euskadi, en febrero:
Justo cuando finaliza el balance de los cuatro años de gobierno creo oportuno incorporar una definición estratégica de nuestra propuesta de futuro, que incluya un análisis de lo que está suponiendo la sociedad post-eta y una gran definición que nos sitúe ante el electorado vasco como la alternativa socialdemócrata y vasquista al PNV, lejos de los extremos que representan en ambos lados, el PP y Bildu.
“ETA no ha desaparecido formalmente pero de hecho ha desaparecido de la vida de los vascos. No es ya un problema percibido por la sociedad y en esto, los socialistas vascos y en especial el Gobierno de los últimos cuatro años han tenido un papel principal. A medida que la violencia se aleja de nuestra memoria se está produciendo una evolución de la sociedad vasca que se concreta en diversos ámbitos: de una parte se ha perdido en buena medida el miedo a hablar de política libremente, aunque todavía queda tarea pendiente y , algunos debates que hasta ahora eran tabúes porque se asociaban al mundo de ETA y a la violencia, se empiezan a ver con mucha mayor naturalidad. En definitiva la sociedad se está normalizando, estamos ganando espacios de libertad y la paz está abriendo el espacio de una sociedad normalizada.
Nuestra gran ambición cuando llegamos a Ajuria Enea fue precisamente conseguir la paz en nuestro país. Sin embargo conseguido este gran objetivo parece que no acabamos de encontrar nuestro espacio político en este nuevo tiempo. El PP mantiene en la unidad sagrada de España su discurso, frente a un Bildu que con los presos y la independencia tiene también señas de identidad definidas. El PNV con su vuelta al poder encuentra su ambiente natural de partido de gobierno. ¿Pero qué pasa con nosotros? Somos un partido imprescindible para este país, pero tenemos que ofrecer el proyecto que una mayoría puede desear.
Por ello el PSE-EE tiene que saber adaptarse a esta nueva situación, tomando en consideración los cambios que el final de ETA está produciendo en nuestra sociedad. Hemos sido un partido muy volcado en la paz y en la lucha contra la violencia y el terrorismo. Ese ha sido nuestro papel central en la sociedad vasca, en cada pueblo, en cada ciudad vasca. Tenemos ahora que definir una estrategia para el nuevo tiempo que conecte no solo con nuestro votante tradicional sino que busque el apoyo de los jóvenes vascos y de aquellos sectores vasquistas de nuestra sociedad, los que se sienten cómodos con el autogobierno o incluso desean llevarlo más allí, pero que no acaban de vernos como un referente de país. Nos jugamos ser la alternativa al PNV o simplemente un partido más que jugará en el escenario político vasco.
SOCIALDEMOCRACIA, AUTOGOBIERNO Y VASQUISMO. LA TERCERA VIA.
La sociedad vasca se siente cómoda en su gran mayoría en el marco de autogobierno con concierto económico. La situación de crisis ha orillado otros debates y la sociedad asume que tenemos herramientas suficientes para garantizar nuestro futuro. Sin embargo al mismo tiempo la crisis ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de nuestro autogobierno frente a decisiones de urgencia del gobierno central, como consecuencia de la situación económica. Por eso es necesario blindar el autogobierno vasco y plantear una iniciativa desde el PSE-EE que suponga un paso más en la consolidación y profundización de nuestro autogobierno.
Se trataría de la apuesta por un nuevo estatuto político vasco,que debe ser el asidero sobre el que se apoye un giro vasquista del PSE-EE, que nos identifique más con el país a los ojos de amplios sectores vascos, sin complejos, conocedor de nuestra singularidad e historia y por eso mismo formando parte de la tradición socialista española. Esta iniciativa encaja perfectamente con el modelo de federalismo asimétrico propuesto por el Secretario General del PSOE.
Nuestra propuesta política se sitúa en el ámbito de la socialdemocracia Europea, ocupando el espacio de centralidad que nos corresponde, dirigiéndonos también a sectores más moderados dentro del progresismo que creen en el estado del bienestar, en los servicios públicos y en la igualdad de oportunidades.
El PSE-EE está en condiciones de romper esa división clásica de la sociedad vasca entre nacionalistas y no nacionalistas. Estamos en condiciones de situarnos en una posición vasquista, que atienda a nuestra singularidad y que integre posiciones de votantes tradicionales del socialismo y jóvenes y otros colectivos que no siendo independentistas creen en la singularidad y en la fuerza de Euskadi, dentro de España y de Europa.
EL DERECHO A DECIDIR. CLARIDAD Y DEMOCRACIA. ZANJAR UN ASUNTO ETERNO.
Nos acercamos a Europa a velocidad de crucero. Con la desaparición del terrorismo y la llegada de la normalidad política, llega también la normalidad a los debates que amplios sectores del País Vasco quieren plantear. Hablar de independencia o de derecho a decidir ya no es tabú para muchos jóvenes y para amplios sectores de la población. Todos los debates ganan naturalidad y se va olvidando la contaminación que el terrorismo de ETA supuso para muchos de ellos. Dijimos en su momento que desaparecido el terrorismo la reivindicación pacífica de la independencia era legítima siempre que se desarrollara conforme a las reglas democráticas y en el marco legal. Ha llegado el momento de abordar estos debates y de hacerlo con inteligencia y sentido político.
Parece claro que en este mandato, antes o después, sobre todo cuando interese de un modo evidente a Bildu,en el parlamento vasco se plantearán iniciativas que busquen reconocer el derecho a decidir o yendo más allá que planteen su ejercicio por medio de una consulta a la sociedad vasca sobre el tipo de relación que desea mantener con España. Qué haremos entonces? Esta es la pregunta para la que deberíamos tener respuesta. Lo peor es no haber contemplado esta hipótesis y dar respuestas de urgencia, poco reflexionadas o contradictorias. Ya hemos visto lo que está sucediendo en el debate catalán y de qué modo esto ha activado el debate –dormido- del federalismo en el seno del PSOE.
El Partido socialista debe tener una hoja de ruta, debatida y reflexionada sobre bases fijadas en el congreso para afrontar este debate cuando toque. No podemos ni debemos esconder la cabeza como si esto no fuera a plantearse jamás y sobre todo no podemos pensar que ese debate se gana con imposiciones, amenazas o sin argumentos. Es evidente que, hoy, ésto no está en el centro de las preocupaciones ciudadanas pero es conveniente tener respuestas porque no sabemos hacia donde evolucionará la política vasca en los próximos meses y años.
En Gran Bretaña y Canadá se han planteado debates de esta naturaleza, en contextos legales y constitucionales distintos. También es diferente el caso de Irlanda del Norte pero la existencia de terrorismo hasta fechas muy recientes hace que en la sociedad vasca este ejemplo se sienta más próximo que otros. Cada caso es distinto pero no aceptar el debate, no entrar en él nos situaría en una posición de debilidad política en la sociedad vasca que podría tener consecuencias demoledoras para el PSE-EE.
Si el nacionalismo vasco planteara en esta legislatura en el parlamento vasco una iniciativa que buscara ejercer el derecho a decidir mediante una consulta a la ciudadanía sobre la relación entre Euskadi y España, siempre en un escenario en el que ETA hubiera desaparecido, no deberíamos oponernos a su ejercicio, sino enmarcarlo en las reglas de la democracia y la legalidad.
Es un momento para ser audaces y previsores. El PSE_EE debe arriesgar y apostar ante un nuevo tiempo que hemos traído nosotros, con el objetivo de convertirnos en una opción política más fuerte, central en el panorama político vasco, alternativa de gobierno al PNV y mucho más desplegada en el tejido social vasco.
Ya era hora que haya algún movimiento en el Partido Socialista que avance en esta línea. Hay que arriesgar para desdramatizar las cosas. Gusten o no a los retos hay que hacerles frente, lo contario puede ser más cómodo pero no es lo mejor. Que se debata y se haga una propuesta a la sociedad vasca.